La metafísica ha estado en desuso pero toda vez que se experimenta verdadero resquebrajamiento de mundo, a la manera de un pasajero abordo de una embarcación que se precipita bajo la tempestad, la metafísica es traía a escena. Pasajeros que frente a la aproximación de lo indecible olvidan de inmediato las frivolidades y lo superfluo, el cálculo y el comportamiento estrictamente racional.

Referida tangencialmente al arte, la hipótesis doctoral al respecto —celebrada por Georg Simmel y Paul Ernst en 1908, cuando fue publicada por primera vez en los círculos intelectuales de Alemania— la escribió el debutante historiador Wilhelm Worringer para con el arte abstracto. Entre más sentido de orfandad, intemperie, contingencia, caos o angustia frente al mundo sensible, sostiene Worringer, más es la necesidad de abstracción, de eternidad, de búsqueda trascendental. 1) El arte abstracto que encabezó Kandisky estuvo en relación directa con una Europa que abría la última puerta hacia la noche [1914-1945]. “La humanidad —había escrito Steiner— adentró bien en el vaticinio de Nietzsche: un período de noche y más noche”. 2) Cuando, por lo demás, una secta religiosa que desarrolló la alta matemática de su tiempo identificó los números con lo divino, los pitagóricos elevaron la facultad de abstraer con el sentido cósmico o trascendental del mundo.

Intitulado Uno y el universo [1945], primer ensayo del escritor argentino Ernesto Sabato, ofreció ya una pista fundamental al interior de las letras latinoamericanas de mediados del siglo XX para asociar, al menos su “proyecto intelectual”, con el intento suyo de situar a la metafísica por encima del “alma racional” y colocarla en el epicentro de sus intereses escriturales y espirituales.

Ya en nuestra época, tanto en la película original de la trilogía Matrix [1999] como en la serie de televisión Sense 8 [2015], los directores, y ahora hermanas Wachowski, han introducido en tramas de pura y dura ciencia ficción componentes estrictamente metafísicos. ¿Es mera casualidad que unas fueras de serie como las Wachowski hayan introducido la metafísica en el núcleo de la ciencia ficción de nuestro tiempo? Más aún. No hay capítulo alguno de las dos temporadas al aire de la serie donde la mancuerna violencia y metafísica no ocupen el interés que despierta la serie. Al menos del mío.

La metafísica no satisface, por lo demás, las exigencias de suma concreción o de análisis de coyuntura, concentrado en demasía por lo actual. Tampoco es cuantificable. Razón por la cual desanima y exaspera a los que invaden el texto con la cifra. Hay en la metafísica, en suma, demasiado horizonte de sentido. A la manera de un extenso e inhóspito desierto, sin embargo, el explorador puede perderse; sediento de infinito, puede sucumbir frente a las ilusiones de los oasis.

Sin embargo, para muchos, como para Nietzsche, la metafísica es el fondo último del mundo vital. Las interrogaciones sobre la existencia, lo divino y la muerte son siempre preocupaciones metafísicas. Interrogantes que no mueren. Se opacan o declinan cuando se ha alcanzado la conquista del mundo y del universo. Cuando el “espíritu” se ha vuelto mundano y festivo, calculador y frío como decía Marx. Se recrudecen, en cambio, en los tiempos de angustia, de pánico, de demasiada intemperie como los tiempos que vivimos. Su excesiva importancia, que roza lo grandilocuente, coloca a la metafísica en el terreno de los equívocos y de los planos conjeturales. Hoy día, empero, en ningún campo de producción cultural nadie puede presumir la posesión de la entera verdad. Quizá en virtud de ello vuelve el interés por las alusiones metafísicas, tanto en la postulación individual, así como en las colectivas. No hay certeza alguna. Es la guerra por la interpretación, como acontece en toda crítica literaria o crítica de fuentes.

Referencias

Referencias
1 Wilhelm Worringer, Abstracción y naturaleza. Una contribución a la psicología del estilo, trad. Mariana Frenk, 2a ed., México, Fondo de Cultura Económica, 2015. [Formato Kindle].
2 Véase George Steiner, “Una temporada en el infierno”, En el castillo de Barba Azul. Aproximaciones a un nuevo concepto de cultura, trad. Alberto L. Budo, España, Gedisa, 2013.