Se le debe al crítico alemán Erich Auerbach la idea inaugural de Michel de Montaigne como el fundador del ensayo. El crítico literario la inaugura en 1946, cuando publicó Mimesis y desde aquel año se redimensiona la grandeza de los Essais. El ensayo ensaya sobre el ensayo. Son mosaicos, impresiones, anécdotas razonadas, prosa de ideas, el terreno de la ironía del yo. Más aún. La visión del universal desde un particular porque a manera del célebre ensayista, todo hombre contiene en sí la entera condición humana.