México es el escenario de los ejércitos, de los políticos y de los empresarios del horror. Todos ellos, plenamente identificables, son los chicos malos de la película mexicana. Con estos personajes en escena, libres e impunes, México se ha convertido en uno de los laboratorios más sangrientos del campo de guerra o un campo de guerra en su expresión más pura. Nadie está a salvo o nadie puede sentirse a salvo. Ese cáncer que llamamos crimen organizado, compilación de narraciones breves, historias e hipótesis dispares sobre el particular, destaca por las certezas sobre la colusión de autoridades de todos los niveles con el narcotráfico. 1)
La metáfora es exacta: un cáncer que se ha expandido. Patentado por Álvaro Obregón en los años posrevolucionarios de 1920, no hay autoridad que resista los cañonazos de miles o millones de pesos. ¿O dólares? El narcotráfico en México no se entiende sin sus conexiones con las oficinas de gobierno; así, hay pleno sentido de hablar de “narcopolítica”.
Peor aún. Militares altamente capacitados en cuarteles clave de Estados Unidos han migrado al lado criminal. Son los que lo han nutrido con toda clase de estrategias y recursos, tácticas y expertise militares. Brazo de extermino del Cártel del Golfo, los Zetas fue la expresión por antonomasia de esta flagrante contradicción. Brazo armado del cartel del Golfo, antes bien, nutrido por ex militares de élite, los Zetas organizaron, coordinaron y capacitaron bandas menores de criminales: asalta coches, asalta casas, pandillas. Extorsionaban incluso a los propios delincuentes. Una suerte de federación criminal enorme. Fue el grupo o la organización más sangrienta en sus operaciones. En 2010 rompió con los del Golfo, se declararon la guerra y se reconfiguraron después. Se dice que bajo ese nombre no existen actualmente. 2)
En entrevista al cronista Alejandro Almazán, valiente narrador actual del narcotráfico, sostiene que los Zetas “estaban reclutando niños a la fuerza y si no aceptaban ser sicarios, los vestían de niñas y los fusilaban”. 3) Con la muerte de tantos periodistas, además, debe deducirse que el narcotráfico es un enorme negocio como para tolerar algunas verdades que publiquen unos “pobres diablos” como los periodistas, según escribe el cronista Alejandro Almazán.
Domingo, pasado el medio día, mayo de 2017. Tres desconocidos allanan las instalaciones de la revista Proceso. De corte y botas militares, los individuos ingresaron por separado en el edificio de la calle Fresas, número 13, y poco después salieron en conjunto. 4) La revista declarará que no hubo daños ni robos. 5) Al salir, uno de ellos alzó el rostro y lo mostró envalentonado a la cámara de seguridad. Es plenamente identificable. El acto sugiere que el sujeto sabe que la autoridad va a reconocerlo pero no actuará en su contra.
Pero este horror convive y se nutre de muchos modos con la llamada mexicanidad. Horror con humor negro. Extraña manera de burlarse de todo, de las autoridades, de la ley, de sí mismos, de la muerte. El escenario del cuerpo del narco es asimismo una puerta abierta al primitivismo y los excesos. El estereotipo sobre el narcotraficante no existe, pero si hay atracción por estas historias de narcos, violencia y crimen, en cambio, es porque se combina Scareface (película de 1983) más Robin Hood. 6)
La idea de convertirse en alguien es muy poderosa en toda América Latina. La oferta formal de empleo es tan precaria en México que la que realiza el crimen organizado es atractiva, tanto más en una generación de jóvenes que ve legítima la forma narco de vida: dinero y violencia. “Prefiero morir joven y rico y no viejo y jodido… como mi papá”. Frase pintada en una barda en Culiacán.
Horror con una “ética de camarillas”. Horror asimismo con música popular. Entre más exótico mejor. ¿Quién no ha disfrutado, tarareado o bailado un narcocorrido? Procedentes de Tijuana / traían las llantas del carro / repletas de hierba mala…
Referencias
↲1 | Ese cáncer que llamamos crimen organizado. Antología de textos que lo retratan, México, Brigada para leer en libertad, 2014. |
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↲2 | Véase la entrevista de Carmen Aristegui a Guillermo Valdés, ex director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, CISEN, el 12 de abril de 2017. [En línea] <https://bit.ly/2EWzrHR>. |
↲3 | Alejandro Almazán, “¡Bang 1! Un narco sin suerte”, en Generación ¡Bang! Los nuevos cronistas del narco mexicano, México, Planeta, 2013. |
↲4 | Véase “Tres sujetos allanan la revista Proceso”, en el portal del mismo nombre. [En línea] <https://bit.ly/2ql0d7b>. |
↲5 | En entrevista con Carmen Aristegui, editorialista de la revista Proceso, Jorge Carrasco detalló la denuncia formal del allanamiento. [En línea] <https://bit.ly/2NQmli7>. |
↲6 | Véase Humberto Padgett, “¡Bang 7! Los desaparecidos de Tamaulipas”, en Bang! Los nuevos cronistas del narco mexicano, op. cit. |